Me gustan las ventajas competitivas genuinas. Me gustan los países que crecen basándose en ellas, no las que fuerzan el crecimiento deprimiendo la moneda local, o cerrando sus fronteras, o subsidiando causas perdidas.
Claro, pero hay que tener pelotas para poder decir “para esto no servimos”
A veces Argentina se comporta como un gigante de 2 metros diez y 125 kg de peso que se enloquece por ser un buen jockey...
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