No, no me refiero a los altiplanos bolivianos, sino a una postura que me atrevo a llamar filosófica en relación al rol que la planificación debe y puede cumplir.
Muchas de las teorías económicas que se autotitulan progresistas, o de izquierda, tienen un solo punto en común que las define y las separa del resto de las teorías y prácticas económicas: su confianza en la capacidad de planificar el desarrollo, el progreso o la felicidad humana (cuánto más creen que es posible planificar, más auténticamente de izquierda son)
Este malentendido se debe a que todas ellas, sabiéndolo o no, son hijas naturales de las teorías elaboradas en el siglo XIX. En esa época los rutilantes logros de la física clásica impulsaron a muchas ciencias sociales a la búsqueda del tipo de invariancias y determinismo que caracterizan a la física. De esa manera nacieron payadas como el materialismo histórico, y hubo gente que se atrevió a predecir el necesario colapso del capitalismo basandose en supuestas leyes históricas (como si la historia tuviera la estructura intrínseca de un modelo de la mecánica clásica)
Sin embargo, cualquier persona que haya trabajado en ejercicios de planificación de sistemas mucho menos complejos que una economía abierta, como por ejemplo una empresa, sabe muy bien que la planificación tiene poco sentido más allá de plazos muy cortos. Esto se debe a que todo plan asume que ciertos parámetros permanecen fijos, y que las variables que modificamos no afectan ni son afectadas por variables externas. Pero la realidad es mucho más compleja, hay más varibales que las que podemos planificar y la inmensa mayoría de ellas se mueven fuera de nuestro control y en forma que no podemos prever. No vi en mi vida un solo plan de largo plazo que efectivamente predijera lo que sucedió posteriormente; en el mejor de los casos, embocan algunas variables y erran por goleada o ignoran a todo el resto.
Por eso creo firmemente en definir objetivos de largo plazo, pero en hacer planes de corto plazo, que nos acerquen tendencialmente a esos objetivos. Pero esos planes con objetivos farónicos ("Argentina POTENCIA") me caen pesados....
Trabajar sin planificación de proyectos es uno de los requisitos para un fracaso directo.
ResponderBorrarPero la planificación no debe ser mas que una lista de actividades con responsables de cada una de ellas y tiempos establecidos para el cumpliemient. (Sin componente tiempo es una lista de tareas. Sin responsables es una lista de buenas intenciones).
Obviamente que un plan, al menos en mi concepción, sirve para llevar adelante de manera ordenada un proyecto. Y un proyecto no debería extenderse mucho en el tiempo. Y son una suma de proyectos los que contribuyen a conseguir los objetivos macro.
Creo que en este país tenemos varios problemas, empezando por que no tenemos definidos objetivos macro, por lo que no sabemos los proyectos necesarios para alcanzar estos objetivos, y por lo tanto mucho menos lo podemos planificar.
El plan debe ser una guía.
Nunca he visto un plan de estas caracteristicas en ningun gobierno de Argentina, los últimos 20 años, que son los que ví.
Chacall,
ResponderBorrarLos gobiernos populistas argentinos, siguiendo la patética tradición francesa, tienen una fascinación por los planes, aunque el concepto de lo que es un plan para ellos es muy distinto a lo que vos describís.
En Argentina los gobiernos hacen megaplanes, sin plazos precisos y con objetivos difusos, en general sin métricas específicas ni puntos de control, ni responsables, ni planes de contingencia.
O sea, hacen planes de una forma tal que a un analista de 23 años en una empresa lo echarían por inepto. Pero en el Estado te hacen ministro.
Y para las cosas del corto plazo, que es donde los planes son críticos, improvisan. O sea, todo mal
(Aunque vale la alaración que tampoco creo mucho en los megaplanes de las empresas, sino más bien en los planes de corto que tan bien describís. En general los planes estratégicos son ejercicios burocráticos que en el mejor de los casos sirven para reflexionar estrucutradamente sobre el futuro y en el peor son una pérdida de tiempo)
Esa comparación con la física mecanicista me dió en el alma: pienso lo mismo desde hace un buen tiempo.
ResponderBorrarDeberían tomar nota - ese tipo de políticos - que ya ni la física piensa lo mismo. Con la relatividad, la cuántica y la teoría del caos - y con el papel que el azar juega en la evolución darwiniana - el determinismo estricto es una antigualla sin uso.
Pero demos una vuelta de tuerca más: ¿adónde estan los planes quinquenales de ahora? No estan. Lo que le queda al progresimo actual son ciertos reflejos: qué sectores deben perseguirse cual supuestos enemigos, qué retórica asumir, etc... A los que proponen el mecanismo del mercado los abominan.... pero la Planificación que se suponen deben contraponerle ni se molestan en presentarla. Una suerte de progresismo posmodermo hiperpatético.
La verdad, creo firmemente que la mayoría de los procesos humanos se rigen por mecanismos de selección natural similares a los que operan el proceso de evolución de los genotipos.
ResponderBorrarY por suerte, desde hace al menos 10 años hay bastante gente explorando el funcionamiento de estos mecanismos aleatorios en la dinámica de la economía. Me atrevo a apostar que durante este siglo veremos morir los modelitos de 2x2, lineales, y con ellos se iran los restos de los intentos de ingeniería social....quizás soy muy optimista!