viernes, septiembre 11, 2009

Estrategia óptima

Mucha gente se sorprende de la inacción de la oposición y más aún del autismo del gobierno luego de la derrota del 28 de junio. Sin embargo esa sorpresa se debe a que la gente asume que este gobierno tiene por objetivo maximizar el bien común, cosa que es evidentemente un supuesto erróneo.

Si eliminamos ese supuesto para analizar la conducta del gobierno, veremos que su accionar sigue una lógica impecable. Una vez derrotados, tenían dos opciones para los meses que quedan hasta la llegada de los nuevos legisladores:

  1. Consensuar con la oposición la legislación a enviar al Congreso, evitando empujar proyectos en los que no hubiera un consenso amplio y una necesidad urgente para su tratamiento: de esta manera hubiera reconocido la realidad polìtica expresada en las urnas y minimizado el escozor social, aunque a costa de "formalizar" su derrota a través del reconocimiento de la legitimidad de los reclamos de los ganadores. De este manera se maximizaría el bien general a costa de minimizar su probabilidad de retener el poder en el largo plazo.
  2. Doblar la apuesta, quemando naves, buscando triunfos de muy corto plazo (futbol para todos), avanzando en temas ríspidos, ignorando a la oposición, haciendolos desfilar para una foto sin un diálogo genuino y exacerbando las diferencias, con nula flexibilidad para aceptar los puntos de vista ajenos.
Esta segunda opción es el camino óptimo si lo que se desea optimizar es la posibilidad de retener el poder. Se hace perder tiempo a la oposición, se la obliga a entrar en peleas parlamentarias para las que no tiene aún los votos, se polariza a la opinión pública, se desgasta anticipadamente a algunas figuras. Notese que si un político está desgastado, la estrategia óptima es maximizar el desgaste de los demás, porque eso casi siempre achica diferencias..

Esta estrategia la han llevado a cabo, en forma más intuitiva que formal, desde mediados de Julio. Como resultado, han vuelto a ocupar el centro de la escena, han empujado a algunos opositores a tomar posturas apresuradas (e.g. adelantar el "lanzamiento" de Reutemann por parte de Duhalde) o confrontativas (la huelga del campo), que favorecen al Gobierno. El Gobierno debe estar contento con esto.

Adicionalmente, están forzando la aprobación de una ley polémica, sabiendo que la oposición deberá modificarla. Y de esa manera están armando una futura "victimización" que les permitiría explicar sus falencias ("no nos dejan gobernar"), y hasta les daría una vía de escape rápido si las cosas se ponen fuleras (idem anterior).

Pero, asombrosamente, también esta estrategia está favorereciendo en el largo plazo a la sociedad: una de las primeras víctimas de la misma ha sido Carrió, quizás el opositor soñado por todo oficialismo, por su enorme capacidad para auto-destruirse. En la actualidad, la gorda ha terminado de cansar a la sociedad por su propio hartazgo de este gobierno que la lleva a oscilar entre posiciones maximalistas poco prácticas y depresiones que la vuelven invisible por semana. Y los ganadores son los jugadores de largo plazo, que eligen sus batallas y suman de a uno: Cobos, De Narváez, algo Macri, menos Solá (por apresurado).

Entonces, para los que se quejan de mis citas clàsicas, por esta vez no voy a mentar a Pirro y sus victorias que en realidad son derrotas....

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