Primero, Moyano articulando un primer mensaje en el que se pega a Kirchner, lo compara con Perón y Evita, y de un solo golpe lo vacía y coopta cualquier sentido que pudiera tener el recuerdo de Mr K. Habrá que seguir sus movimientos de cerca porque, de lejos, se transforma de ahora en más en EL factor de poder que condicionará a Cristina y que no tendrá ningún contrapeso del lado del oficialismo.
Después, Duhalde, que rápido de reflejos, empezará a unir las piezas que se centrifugarán de Cristina apenas no quede muy mal dejarla plantada. El peronismo es un animal indefinible, que siempre necesita un líder, y Cristina no lo es. Ese tipo de situaciones no duran mucho, menos a 12 meses de una elección. Sospecho que Scioli puede ganar mucho terreno. No es poco probable un escenario de Scioli candidato, aglutinando a todo el peronismo, pero excluyendo a lo que quede del kirchnerismo más cerril.
Atrás, la tropa del 10% cuyo destino dependía crucialmente del control político que mantuviera el kirchnerismo, aún perdiendo en 2012, y que ahora buscará nuevo padrino descaradamente.
Siguiéndolos, el progresismo k, la bobimilitancia sensible, cuyo destino será el de siempre: el desencanto y/o el aburguesamiento. Para muchos de ellos, la desaparición de Nestor y la centrifugación del kirchnerismo serán la excusa perfecta para volver a sentirse las víctimas de un mundo injusto.
No podemos olvidarnos de los empresarios K, cuyo alineamiento ideológico y sus aportes de campaña, y sus medios, serán en los próximos meses objeto de licitaciones más o menos descaradas.
Y luego, Cristina. Por la que siento mucha tristeza desde lo humano. Pero me preocupa mucho que tengamos, otra vez, un verano agitado. Y solo de ella, realmente, dependerá que no estemos estressados en Febrero. La rodearán oportunistas e idiotas, y estará tentada a hacer muchas cosas para dar imagen de poder; y deberá reemplazar a Nestor en actividades para las que no tiene ni vocación, ni capacidad, ni receptividad.
Y la oposición? Hasta ahora, se ha comportado con elegancia y altura, especialmente el Pro y los radicales. Igual, recordando que para muchos de ellos el límite era Néstor, tienen una oportunidad de oro para demostrar grandeza.
Mientras tanto, el viento de cola sigue soplando. Espero que Dilma no se mande algún cagadón que nos complique la vida en plena convalescencia.