lunes, febrero 08, 2010

Qué verde que era mi valle


A veces en la historia se producen casualidades muy interesantes. Para la misma época en que los españoles empezaron a explotar las minas de plata americanas, que llenarían de metálico a Europa por dos siglos, una nueva mina empezaba a operar en una zona de antiquísima tradición minera. Me refiero a la mina de plata de Jachymov, en el valle de San Joaquín en Bohemia, descubierta en 1516 y explotada por el conde Schlick.


El conde, que era un poco pillo, empezó en 1519 a acuñar monedas con la plata que producía. Esas monedas eran llamadas Joachimsthalergroschen. Como es de suponer, muy pronto la gente las empezó a llamara thalers. Estos thalers empezaron a circular por todo el Sacro Imperio Romano Germánico y desde allí pasaron al resto de Europa. Durante un siglo se acuñaron monedas en ese pueblito, hasta que una combinación de plagas y luchas religiosas terminó con la prosperidad de la mina y del pueblo a mediados del siglo XVII. En ese siglo "plateado" de Jachymov, se acuñaron cerca de 15 millones de thalers. . Fueron tan populares que su nombre sirvió para denominar a cualquier moneda de plata más o menos grande. Se estima que se emitieron cerca de 10,000 distintas variedades de thalers. Esta abundancia de thalers (que pesaban unos 30 gramos más o menos), transformaron a esa moneda en la más popular de Europa, una especie de "standard" entre todas las monedas que circulaban en la época. Su nombre se difundió en Europa: los italianos la llamaron tallero, los holandeses daalder y los ingleses....dollar.


Algunos thaler se siguieron acuñando por siglos. El más famoso fue el María Teresa, en honor a una emperartiz austríaca, esposa del emperador Francisco I. Luego de su muerte se siguió acuñando con el año de su fallecimiento. Aún luego de la abolición del Sacro Imperio por Napoléon a principios del siglo XIX, se siguió produciendo el María Teresa. Finalmente, la ocupación de Austria por Hitler en 1937 frenó la producción de esa moneda. Lo sorprendente fue que en esa misma época Mussolini invadió Etiopía y se encontró con que la economía local dependía de los María Teresa de forma tal que tuvo que acuñar talers entre 1935 y 1937 para evitar problemas en su nueva (y fugaz) colonia.
Luego de la guerra Austria acuñó más María Teresas hasta 1975 (manteniendo la fecha de la muerte de la emperatriz, 1780). El thaler terminó así su ilustre recorrido, pero uno de sus herederos continuaría con su tendencia a ser la moneda universal.


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