Ultimamente, y a tono con los tiempos que corren, el progresismo tilingo ha hecho de Jauretche su ícono cultural por antonomasia. Parecería que no es posible pensar una idea sin que la misma encuentre su antecedente en alguna cita de Jauretche; y se lo usa a Jauretche y su remanido desprecio por el medio pelo argentino, como munición contra todo aquel que ose criticar el ideario pavote del progresismo argentino
Lo particular de todo esto es que la inmensa mayoría de esos progresistas son típicos exponentes de la clase media bien comida, que jamás pasaron penuria alguna y cuya afectada postura ¿ideológica? no es más un reflejo de sus sentimientos de culpa de pequeños burgueses. Son el resultado de la evolución del medio pelo que se fascinaba en el cuarenta por Europa y hoy se tatúa al Che en algún lugar bien vivible o defienden a Castro desde sus departamentos de Palermo o mientras se relajan tomando una cerveza importada en algún barcito canchero....
¡Pobre Jauretche! Más allá de que como escritor y pensador no pasó de una oscura medianía, seguramente jamás imaginó que quienes ahora lo citan sin escrúpulos, lucen carteras truchas de Luis Vuitton o acomodan sus sombrillas en Cariló, y son los mismos tontos, pero con otras ideas, que él criticó con ansias durante gran parte de su vida
9 comentarios:
la verdad, si. Jauretche es irónico y hace algunas observaciones agudas. Es evidentemente parcial y seguramente poco equitativo. Con todo, es un hombre de su tiempo que hace su aporte; en el ícono que lo han convertido no lo soñaría él mismo.
coincido con el espíritu del post, como generalmente pasa jauretche es más que los jauretchistas. A mi gusto jauretche es a mi juicio light, demasiado coloquial, pero no creo que lo distinga una oscura medianía, muy duro a mi gusto.salu2
Postino, con respeto y con onda:
- Me causa gracia que diga que Jauretche se ha vuelto un ícono cultural del progresismo tilingo, justo él que al progresismo tilingo de su época le dio palos sin asco...
- Hágase cargo de lo que dice de los progres de clase media bien comida...yo al menos no paso hambre, pero no me tatúo al Che, no defiendo a Castro desde Palermo ni tomo cerveza importada en algún barcito canchero. Y cartera trucha de Vuitton o sombrilla en Cariló, no uso.
- Ud. es libre de dar su opinión sobre Don Arturo o sobre los tontos que lo citan, no soy intolerante con las ideas ajenas. Y para serle sincero, si algunas veces se me va la mano con AJ, es porque me gusta provocar, incomodar, molestar, es decir, per codere.
Muchos saludos
Perdón, acabo de descubrir que su post es dos días anterior a una entrada en mi blog sobre Don Arturo, le aseguro que acabo de leerlo así que no crea que tuve la intención de aumentar su malestar.
Saludos de nuevo
1. ¿Quién dijo que para ser progresista es necesario haber pasado hambre?
2. ¿De dónde surge que las ideologías progresistas (o igualitaristas) son producto de algún sentimiento de culpa?
3. ¿Cuándo se decidió que Jauretche es un ícono indiscutido para todo el progresismo vernáculo?
Jorge, sabés que la mitad de lo que escribo es para provocar. Muchas gracias por tu comentario.
Artemio: gracias por tu opoinión, con la que coincido; de hecho hay cosas de Jauretche que me gustan y que me indican al menos una buena capacidad de observación y de comunicación. Lo de oscura medianía es, es cierto, un poco fuerte...pero quitandole el condimento emocional, que lo tiene, podemos coincidir que no lo pondríamos en una antología de los grandes escritores argentinos
Hal: no digo que para ser progresista haya que pasar hambre; pero me cae pesado el burguesito que trata de mostrarles a los pobres el camino, sin haberse siquiera tomado la molestia de conocerlos (¿cuánto de progre de Caballito cree que es un pibe del pueblo porque va a popular en lugar de platea, porque matean en la oficina o porque le caen pesados los empresarios cancheritos? ¿cuántos saben cómo llegar a Itatí?. En cuanto al origen de las ideologías igualitaristas, no dije que su origen sea el sentimiento de culpa: lo que digo es que muchos de esos burguesitos expían la culpa del Mondeo nuevo o sus vacaciones en Gessell o por mandar a sus hijos a un cole privado (eso si, con orientación artística...), o por su nuevo TV, con declamaciones de dolor y solidaridad por la pobreza ajena. Me encantaría menos declamación y más acción: y no digo marchas o sentadas, digo tomarse un bondi y donarle tu tiempo a una escuelita de chicos pobres (y no hay que ir a salta para eso: tomate el 26 hasta Cobo y curapaligüe y preguntá por la escuela 23)
Hay gente solidaria y progre en serio, a la que respeto y mucho. Lo que me parece es que la mayoría de los progres porteños lo son de culposos y de la boca para afuera nomás....
Y en cuanto a jauretche, nadie lo decidió nunca, es simplemente una observación sobre lo que leo y escucho en los últimos tiempos....
Postino, respeto tu análisis sociológico pero no sé cuán conocido es Jauretche entre los jóvenes porteños clasemedieros de hoy día, quizá escucharon la canción que le hicieron Los Piojos, vaya uno a saber.
Y en cuanto a la "medianía" de AJ, personalmente creo que en el campo del ensayo orientado a la polémica y al debate de ideas casi no tiene igual en nuestro país. No tendría sentido comparar su calidad literaria con la de Borges o Cortázar, cosa que a él tampoco le interesaba.
Saludos
Jorge,
en esa categoría es insuperable. Pero está casi solo allí. Es más un polemista provocador que un pensador o un escritor, de allí mi dura calificación
Y es cierto, mucho joven progre moderno lo es de una forma tan descremada y atiborrada de consignas tomadas de canciones o artículos peridísticos, que casi sería glorioso que al menos leyeran a Mr Arturo. Pero ya ni eso. Y por eso el progresismo me desespera. Por banal, no por irrelevante.
Abrazos
Respeto tu comentario, me parece válido. Pero las ideas de Jauretche no arruinaron naciones enteras, ni condenaron a millones al hambre, la miseria o a pasar a ser meros despojos de la condicion humana, como pasó en la Argentina con las ideas de Krieger Vasena, Alsogaray, Cavallo y M. de Hoz. Todos ellos, junto a Milton Friedman, son los que me tienen podrido a mí.
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