En las últimas semanas nuestro benemérito gobierno ha anunciado aumentos a varios sectores sociales: aumentos a jubilados, aumentos en las asignaciones familiares y aumentos en los montos de la asignación universal por hijo. Estos aumentos van derecho al bolsillo de sectores con nula capacidad de ahorro, lo que implica que se transformarán casi totalmente en consumo. Esto se suma al aumento del mínimo no imponible, que beneficia a quienes pagan ganancias y cuyo impacto en el consumo es similar para el 70% de ese grupo que tiene muy baja capacidad de ahorro.
El total de estas mejoras al ingreso equivale a más o menos US$5,500 palenques al año, o más de un punto y medio del PBI argentino. Nada mal. Estos flujos, en una altísima proporción se volcarán al consumo y mejorarán en el corto plazo el nivel de vida de sus beneficiarios.
Pero cualquier lector avispado ya se debería estar preguntando....¿de dónde sale ese dinero? Y quizás, luego de un par de minutos de reflexión también se preguntarán: ¿esto mejora las perspectivas de largo plazo de esos sectores, las empeora, o su efecto es neutro? ¿y cómo impacta esto en la economía en general?
El diagramita de arriba es un modelo simple de la macro de un país. Hace más de 20 años dibujé , en tinta china sobre papel transparente, uno bastante más completo para proyectar en una clase. Lo tengo guardado aún por ahí, pero con el que ven sobra para lo que quiero comentar.
Mirando el diagrama la primer pregunta es relativamente sencilla de contestar: ese dinero saldrá de los recursos del estado, principalmente de la recaudación de impuestos, tasas, etc. Ese dinero ya no estará disponible para otros gastos que quiera hacer el Estado, desde pagar a sus empleados, hasta financiar obras públicas, construir escuelas o reducir sus deudas. En términos generales, prefiero el dinero en manos de la gente que en manos del Estado, por lo que en esta primer lectura, todo parece lucir bien, al menos en el corto plazo.
Sigamos. ¿Qué hará la gente con ese dinero? Dado que impacta mayormente en los sectores de menores ingresos, ese dinero se volcará al consumo, lo que implica que irá hacia las empresas, que aumentarán su facturación, quizás aumenten un poco el empleo, tendrán más utilidades y pagarán más impuestos (la evasión reduce en parte esto) y eventualmente podrán justificar mayores inversiones y hasta pagarlas. O sea, un porcentaje de ese dinero volverá a los mismos consumidores como salarios y seguirá alimentando la rueda y otra parte regresará al estado o se transformará en inversiones privadas. Todo el mundo parece feliz, ¿no?
Resumiendo, el dinero irá mayormente al consumo privado y regrersará en parte al Estado como impuestos, en parte a las empresas como utilidades que podrán ser reinvertidas. Si hubiera quedado en el Estado, solo una parte hubiera ido al consumo, y marginalmente nada si asumimos superavit fiscal.
Pero....lo anterior esconde algunos supuestos, que de no cumplirse cambian la evaluación de la cosa.
Primero, asumí que las empresas pueden aumentar su producción en línea con el aumento de la demanda. Esto no es siempre así: en la medida en que las empresas no tengan capacidad ociosa, cualquier aumento de la demanda incentivará el aumento de precios, a menos que las empresas tengan ganas de invertir en aumentar su capacidad (y aún así, los aumentos de capacidad no son instantáneos). Ergo, el mayor consumo traerá aparejada una mayor presión inflacionaria.
Segundo, asumí que todo el dinero queda en el país, pero dado que gran parte de lo que se consume tiene un porcentaje de importado, mayor consumo implica más importación y menos excedentes exportables. Mmmmm, eso se llama presión sobre el tipo de cambio. Efecto quizás menor, pero que si se combinara con una mayor inversión (que exige en general aún más insumos importados), el impacto combinado no sería nada menor.
Pero falta algo más. Aún en un modelo tan simple como el del diagrama es fácil ver, al pensarlo en forma dinámica, la cantidad de loops de feedback que suceden entre los distintos actores. Esos loops pueden terminar en un equilibrio o acelerar los procesos hacia un mayor desequilibrio. Quien alguna vez haya tratado de abrir una ducha desconocida con dos canillas (fría y caliente), sabe que ajustar un sistema dinámico no solo no es sencillo sino que ni siquiera es inmediato...imagínense lo que es hacer ajuste fino de n variables, con x agentes y con información retrasada al menos 30 días.....Cuando los humanos enfrentamos este tipo de sistemas tendemos a hacer supuestos sobre su comportamiento futuro basados en nuestra experiencia pasada y en la información disponible; cuanto menos clara sea esa información o más compleja la realidad tendemos a ser más conservadores que arriesgados (creanme esta parte sobre el sesgo a no tomar riesgos....).
De lo anterior surgen dos puntos más. El tercer punto: asumí que los agentes económicos no serán capaces de conocer esta dinámica o de intuirla. Si intuyen que la inflación no bajará, entonces tenderán a subir los precios aunque tengan capacidad ociosa, y a presionar por sus salarios, aunque hayan recibido un aumento reciente....la expectativa inflacionaria CREA inflación, porque los seres humanos en general tienden a sobreestimar los riesgos negativos y a subestimar los positivos. Los agentes más informados también incorporarán en sus decisiones una intuición sobre mayor presión en las cuentas fiscales y enel tipo de cambio, lo que siempre tiene connotaciones complicadas.....
Eso me lleva al cuarto supuesto: asumí que los agentes no tienen memoria, y que no construyen sus intuiciones y decisiones en base a sus experiencias pasadas. En general tenderán a sub-invertir para un dado nivel de actividad esperada, a menos que tengan incentivos muy fuertes y muy claros. Y este efecto será mayor en la medida en que no tengan confianza en las acciones del gobierno.
De todo lo anterior, podemos concluir con algunas hipótesis:
1. No apuesten a que la inflación va a detenerse. Salvo que el gobierno pegue un apretón monetario, lo más probable es que debamos convivir con un piso de 20% de inflación hasta mediados del año que viene
2. No apuesten a que el dolar va a bajar o mantnerse mucho más debajo de $4: el mayor consumo necesariamente impactará en la balanza comercial, y no hay Moreno que pueda frenar eso. Además, la mayor inflación generará presiones salariales que volverán menos competitivos a los productores locales, y estos pedirán aullando más devalueta.
3. No apuesten a que esto mejora la situación de los pobres en el largo plazo: lo único que hace es patear el problema para adelante, empeorándolo, porque el problema no es el ingreso nominal, sino el real, y con inflación sostenida ese ingreso se carcome día a día.
Y si quieren alguna recomendación, compren acciones de empresas que vendan comida a sectores de ingresos medios y bajos....necesariamente su facturación y rentabilidad van a tener un veranito en el corto plazo