Me alegra que se hayan extendidos los beneficios y deberes del matrimonio a las parejas del mismo sexo. Como dice un amigo, ya se arrepentirán...En cierta forma esta ley es un indicio de que nuestra sociedad mantiene reflejos de liberalidad social que están muy por delante del grado de avance de nuestra economía.
Lo que lamento es la forma en que se llegó a esta ley: a las apuradas, con ambos bandos exacerbando la discusión y despreciando el disenso, como si sólo demostrando el error o la maldad del contrario se pudiera llegar a un consenso. Por mi parte, me parece una gran iniciativa y otro paso más en alejar a la corporación religiosa de las cosas que suceden en este planeta. Si bien soy ateo, comprendo que una persona pueda sentir horror moral ante la homosexualidad, pero eso no le da derecho a imponer sus prejuicios morales a minorías que opinan distinto. Asimismo, el ejercicio de un poder delm estado tampoco da derecho a insultar a quienes se oponen a una posición política desde sus convicciones morales. En resumen, una pelea desagradable entre gente desagradable.
Ahora, para seguir estirando la cuerda, me gustaría entender por qué se limitan los derechos de matrimonio solo a uniones entre dos personas. Cualquier antropólogo sabe que la poligamia es una de las formas más comunes de unión familiar en distintas geografías y culturas. Aún hoy un porcentaje importante de la humanidad vive en culturas para las cuales la poligamia es una costumbre socialmente aceptada. De hecho, un polígamo fue uno de los que saludó al equipo español en la entrega de la copa del mundo. Por eso, seamos avanzados en serio y propongamos una ley que permita matrimonios entre cualquier combinación posible de hombres y mujeres, con la condición que el objetivo sea formar una familia y vivan bajo un mismo techo.
O será mucho?
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