"Las predicciones de la Economía Tradicional no están totalmente erradas. La oferta más o menos equivale a la demanda. Los precios a veces, no siempre, convergen. Los mercados nunca llegan al equilibrio pero pueden comportarse como si estuvieran en cierta forma de equilibrio. Y los mercados financieros aparentan seguir un "random walk", al menos mientras las cosas están tranquilas. Si estas afirmaciones no suenan muy científicas es porque no lo son. Como Herbert Simon dijo: la economía ha desarrollado un corpus muy sofisticado de leyes matemáticas, pero en su mayoría estas leyes tienen una relación bastante distante con las observaciones empíricas, y en general sólo implican relaciones cualitativas entre variables observables.
La Economía Tradicional esta basada en supuestos débiles que llevan a conclusiones igualmente débiles. La siguiente pregunta lógica es por qué esta disciplina llegó a esta situación. La explicación de los problemas de la Economía tradicional se remonta a más de cien años atrás, al momento en que Walras importó el concepto de equilibrio de la física a la economía. Sin siquiera darse cuenta, Walras clasificó a los fenómenos económicas en forma fundamentalmente errónea"
El autor de estas líneas no le perdona a Walras haberse inspirado en "Elementos de Estática", el libro de Louis Poinsot que resumía los conocimientos de la fìsica de comienzos del siglo XIX. Y especialmente en el capìtulo 2 de ese libro "Sobre las condiciones de equilibrio expresadas mediante ecuaciones". ¿Saben como se llamaba el libro de Walras?: "Elementos de Economìa Pura".....
Continuarà
martes, febrero 27, 2007
El pecado original
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jueves, febrero 22, 2007
Aclaremos antes de que oscurezca
El tema de la globalización y las fronteras terminó despertando reacciones de todo tipo, que merecen una nueva entrada.
Imaginemos un mundo sin fronteras. Un solo país global. En ese mundo, Lennonico, los recursos se moverían con mayor libertad que en el mundo real en el que vivimos. Mi tesis es que ese mundo sería más eficiente y más rico que el mundo actual. En ningún lado dije que sería mejor, ni más justo, ni con la riqueza mejor repartida. Pero, si me apuran, me animaría a conjeturar también eso.
Sólo en economía alguien puede imaginar que un mundo globalizado implica que la producción se mueva en forma absoluta hacia el lugar de menor costo. En el mundo real (aún lennonico) existen n barreras para que eso ocurra, desde costos de fletes (y por ello ciertas resinas plásticas se fabrican localemente, o Tenaris compra plantas en todo el mundo en lugar de fabricar en el sitio de menor costo), hasta la variablididad inherente a ciertos costos que hacen riesgoso concentrar producción en algún lugar (recordemos que los costos bajos rara vez son ventajas competitivas sostenibles). A esa lista se agrega la resistencia a la movilidad de las personas por razones culturales, barreras de lenguaje, etc, la dificultad de mover recursos a lugares de baja infraestructura, la variabilidad de la capacitación y el know how en cada lugar (lo que explica la especialización de las plantas automotrices alrededor del mundo en tipos o partes de automóviles), etc.
Ese mundo Lennonico, obviamente, no estaría nunca en equilibrio (como no lo está este), pero el equilibrio solo existe en la imaginación de quienes crean los modelos econométricos. Sería un mundo dinámico, donde los recursos y las riquezas seguirían moviéndose, pero siguiendo patrones más cercanos a la creación de valor y menos a la protección de islas de riqueza
Pero aún así, el mundo Lennonico sería más eficiente: sería un mundo donde Francia produciría mucho menos trigo y Argentina bastante más, y si...los agricultores franceses se deberían dedicar a otra cosa, y Argentina sería un país un poco más rico (y el mundo como un todo también). Y así como en el caso del trigo en muchos otros productos y servicios se verìa una TENDENCIA hacia la concentración en lugares que presenten mejores condiciones de largo plazo para su producción y distribución (este último tema tan poco entendido por los economistas lamentablemente)
Con respecto al empleo, a menos que tenga los datos mal, el empleo a nivel global viene creciendo en términos absolutos desde hace años. Y la discusión de que los empleos fabriles son reemplazados por McJobs es un tanto antigua (me hace recordar la lectura de Generation X casi 15 años atrás) y repleta de un prejuicio hacia los trabajos en servicios. Prejuicio basado probablemente en una idealización de los trabajos industriales. ¿Quién dijo que quitarle la rebarba a un fleje es un trabajo mejor que hacer hamburguesas o atender en un call center? Los hijos de los cazadores recolectores de Nueva Guinea hoy manejan taxis o atienden en call centers. Y EEUU no solo offshorizó industrias capital intensivas. De hecho principalmente offshorizó industrias mano de obra intensivas (los invito a visitar el estado de Chihuaha en caso de que tengan dudas). Y los hijos de esos trabajadores manuales yanquis no estàn desocupados hoy....ni siquiera esos trabajadores!
Obviamente la transición de un mundo como el actual a un mundo Lennonico no es indolora, ni corta en el tiempo. Todo aquel que produce algo que se lleva a otra parte, perderá, al menos temporalmente. Pero habrá gente en otra parte de ganará. Y el mundo será más rico....Pero en todas las épocas, en toda la historia, los cambios despertaron temor. Me imagino que quienes defienden el mundo con barreras al comercio se hubieran opuesto a la máquina de vapor temiendo que la misma destruyera puestos de trabajo, olvidándose que el aumento de la productividad y el mayor valor generado, crearía nuevos puestos y más riquza para todos. Eso si, el que empujaba del burro que movía la rueda, que aplastaa el grano, se quedó sin trabajo. La verdad, a tres siglos de distancia nos damos cuenta que de todas formas el mundo fue mejor.
Imaginemos un mundo sin fronteras. Un solo país global. En ese mundo, Lennonico, los recursos se moverían con mayor libertad que en el mundo real en el que vivimos. Mi tesis es que ese mundo sería más eficiente y más rico que el mundo actual. En ningún lado dije que sería mejor, ni más justo, ni con la riqueza mejor repartida. Pero, si me apuran, me animaría a conjeturar también eso.
Sólo en economía alguien puede imaginar que un mundo globalizado implica que la producción se mueva en forma absoluta hacia el lugar de menor costo. En el mundo real (aún lennonico) existen n barreras para que eso ocurra, desde costos de fletes (y por ello ciertas resinas plásticas se fabrican localemente, o Tenaris compra plantas en todo el mundo en lugar de fabricar en el sitio de menor costo), hasta la variablididad inherente a ciertos costos que hacen riesgoso concentrar producción en algún lugar (recordemos que los costos bajos rara vez son ventajas competitivas sostenibles). A esa lista se agrega la resistencia a la movilidad de las personas por razones culturales, barreras de lenguaje, etc, la dificultad de mover recursos a lugares de baja infraestructura, la variabilidad de la capacitación y el know how en cada lugar (lo que explica la especialización de las plantas automotrices alrededor del mundo en tipos o partes de automóviles), etc.
Ese mundo Lennonico, obviamente, no estaría nunca en equilibrio (como no lo está este), pero el equilibrio solo existe en la imaginación de quienes crean los modelos econométricos. Sería un mundo dinámico, donde los recursos y las riquezas seguirían moviéndose, pero siguiendo patrones más cercanos a la creación de valor y menos a la protección de islas de riqueza
Pero aún así, el mundo Lennonico sería más eficiente: sería un mundo donde Francia produciría mucho menos trigo y Argentina bastante más, y si...los agricultores franceses se deberían dedicar a otra cosa, y Argentina sería un país un poco más rico (y el mundo como un todo también). Y así como en el caso del trigo en muchos otros productos y servicios se verìa una TENDENCIA hacia la concentración en lugares que presenten mejores condiciones de largo plazo para su producción y distribución (este último tema tan poco entendido por los economistas lamentablemente)
Con respecto al empleo, a menos que tenga los datos mal, el empleo a nivel global viene creciendo en términos absolutos desde hace años. Y la discusión de que los empleos fabriles son reemplazados por McJobs es un tanto antigua (me hace recordar la lectura de Generation X casi 15 años atrás) y repleta de un prejuicio hacia los trabajos en servicios. Prejuicio basado probablemente en una idealización de los trabajos industriales. ¿Quién dijo que quitarle la rebarba a un fleje es un trabajo mejor que hacer hamburguesas o atender en un call center? Los hijos de los cazadores recolectores de Nueva Guinea hoy manejan taxis o atienden en call centers. Y EEUU no solo offshorizó industrias capital intensivas. De hecho principalmente offshorizó industrias mano de obra intensivas (los invito a visitar el estado de Chihuaha en caso de que tengan dudas). Y los hijos de esos trabajadores manuales yanquis no estàn desocupados hoy....ni siquiera esos trabajadores!
Obviamente la transición de un mundo como el actual a un mundo Lennonico no es indolora, ni corta en el tiempo. Todo aquel que produce algo que se lleva a otra parte, perderá, al menos temporalmente. Pero habrá gente en otra parte de ganará. Y el mundo será más rico....Pero en todas las épocas, en toda la historia, los cambios despertaron temor. Me imagino que quienes defienden el mundo con barreras al comercio se hubieran opuesto a la máquina de vapor temiendo que la misma destruyera puestos de trabajo, olvidándose que el aumento de la productividad y el mayor valor generado, crearía nuevos puestos y más riquza para todos. Eso si, el que empujaba del burro que movía la rueda, que aplastaa el grano, se quedó sin trabajo. La verdad, a tres siglos de distancia nos damos cuenta que de todas formas el mundo fue mejor.
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domingo, febrero 18, 2007
El problema de la globalización son las fronteras
Los temerosos de la globalización apuntan, no sin un tinte de verdad, que como consecuencia de la apertura de los mercados, en muchas partes del mundo mucha gente perderá su empleo, el que se trasladará a los países que tengan ventajas competitivas sustentables para la producción que ocupaba a esa gente.
Este argumento perdería gran parte de su sentido si el mundo fuera una sola gran nación, pues claramente este movimiento de producción y empleo de áreas menos productivas a áreas más productivas mejora la productividad global del planeta, volviendolo más rico. O sea, es la suma de los empobrecimientos locales la que genera el malestar contra la globalización, aunque el mundo como un todo se vuelva más rico.
Lamentablemente esto es así, y la razón de fondo de este problema es que las fronteras nacionales no se trazaron buscando una optimización del empleo o de la riqueza global y local, sino por razones históricas o casualidades geográficas.
Un mundo económicamente globalizado pondrá presión en estas fronteras, tal como sucedió en anteriores impulsos globalizadores. Las conquistas europeas en América, que crearon nuevos imperios y redefinieron el balance de poder en Europa por varios siglos. La globalización del comercio durante el siglo XIX, que impulsó la independencia americana, el ocaso de muchos imperios europeos, la modernización del Japón, el reacomodamiento de los estados en el medio oriente, la crisis de Rusia que desembocó en el estado soviético, el ascenso de USA como potencia mundial, hasta el primer crecimiento argentino, todo eso fue causado por el movimiento globalizador que concluyó con la crisis del patrón oro en la tercer década del siglo XX.
Preparense: esta globalización que estamos viviendo cambiará el mapa del mundo. Si es para bien o para mal, lo sabrán nuestros nietos
Este argumento perdería gran parte de su sentido si el mundo fuera una sola gran nación, pues claramente este movimiento de producción y empleo de áreas menos productivas a áreas más productivas mejora la productividad global del planeta, volviendolo más rico. O sea, es la suma de los empobrecimientos locales la que genera el malestar contra la globalización, aunque el mundo como un todo se vuelva más rico.
Lamentablemente esto es así, y la razón de fondo de este problema es que las fronteras nacionales no se trazaron buscando una optimización del empleo o de la riqueza global y local, sino por razones históricas o casualidades geográficas.
Un mundo económicamente globalizado pondrá presión en estas fronteras, tal como sucedió en anteriores impulsos globalizadores. Las conquistas europeas en América, que crearon nuevos imperios y redefinieron el balance de poder en Europa por varios siglos. La globalización del comercio durante el siglo XIX, que impulsó la independencia americana, el ocaso de muchos imperios europeos, la modernización del Japón, el reacomodamiento de los estados en el medio oriente, la crisis de Rusia que desembocó en el estado soviético, el ascenso de USA como potencia mundial, hasta el primer crecimiento argentino, todo eso fue causado por el movimiento globalizador que concluyó con la crisis del patrón oro en la tercer década del siglo XX.
Preparense: esta globalización que estamos viviendo cambiará el mapa del mundo. Si es para bien o para mal, lo sabrán nuestros nietos
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jueves, febrero 15, 2007
La utilidad de Bentham
Jeremy Bentham era un sobrio filósofo inglés, que a los 4 años hablaba Latín y a los 12 entró a Oxford (donde no había ingreso irrestricto, just in case...). El amigo Smith nunca había aclarado como era que el interés propio, que según él era el motor de la economía, se transformaba en decisiones económicas concretas. Jeremy argumentó que la búsqueda del interés individual se hacía mediante un calculo racional que evaluaba el placer y el dolor de cada decisión alternativa y seleccionaba la que maximizaba el placer o minimizaba el displacer. A esa medida del placer y displacer le puso el nombre de utilidad. Esta idea prendió como fuego en los círculos intelectuales de su época y dio origen al utilitarismo, que se pone de moda tantas veces como sale. Los utilitaristas argumentaban que las sociedades se debían organizar de manera de maximizar la utilidad (felicidad) colectiva, una idea que parece más zonza de lo que realmente es, en especial al pensar los detalles del como.
Medio siglo después de Bentham, Hermann Gossen, alemán y estructurado, propuso la ley de las utilidades marginales decrecientes: así como habían para Turgot rendimientos decrecientes a mayor producción, también habían utilidades decrecientes a mayores consumos. Esta ley tiene por consecuencia que la demanda disminuya con el precio, y combinada con la de Turgot implica que el mercado tiene un mecanismo natural de regulación de oferta y demanda, el precio.
Con esto, los clásicos se dieron por satisfechos, pero dejaron sin responder una pregunta importante: para un commodity dado, con una curva de utilidades conocida y dado un cierto proceso productivo, ¿cuál debería ser el precio de ese bien? ¿Cómo podemos predecirlo?...
Y entonces llegaron los marginalistas
Medio siglo después de Bentham, Hermann Gossen, alemán y estructurado, propuso la ley de las utilidades marginales decrecientes: así como habían para Turgot rendimientos decrecientes a mayor producción, también habían utilidades decrecientes a mayores consumos. Esta ley tiene por consecuencia que la demanda disminuya con el precio, y combinada con la de Turgot implica que el mercado tiene un mecanismo natural de regulación de oferta y demanda, el precio.
Con esto, los clásicos se dieron por satisfechos, pero dejaron sin responder una pregunta importante: para un commodity dado, con una curva de utilidades conocida y dado un cierto proceso productivo, ¿cuál debería ser el precio de ese bien? ¿Cómo podemos predecirlo?...
Y entonces llegaron los marginalistas
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lunes, febrero 12, 2007
Transa-ener
Se sabe que todo empresario tiene como principal objetivo maximizar las utilidades de sus empresas.
Se sabe también que existe una diferencia entre ser accionista y ser gerente de una empresa.
Se conoce también que el rol de un accionista minoritario y su influencia en el directorio es, ejem, menor que la del accionista controlante.
Se sabe que en la mayoría de las empresas privadas que cotizan en la bolsa en el mundo civilizado los accionistas no son gerentes, y los gerentes no son accionistas o lo son en forma muy minoritaria. Y a nadie se le ocurre exigir que los accionistas conozcan al detalle del negocio que posean. Para eso contratan gerentes y los miden de la única forma que se debe medir a un gerente: en función de cuánto valor crea, sin violar ninguna ley ni atentar contra el bien común.
Ahora, ¿alguien me puede explicar por qué el Gobierno veta la compra de una porción no controlante de Transener por parte de un fondo de capital de riesgo argumentando cosas como que no tiene experiencia en la gestión de negocios eléctricos (irrelevante para un accionista, más si es minoritario) o que por ser inversores de riesgo no tendrán una visión de largo plazo? Y más aún, ¿qué hace suponer que cualquier otro inversor (por ejemplo Electroingeniería) tendrá una forma de ver el negocio distinta ? ¿Supone el Gobierno que los accionistas de Electroingeniería no buscarán maximizar sus utilidades? O será que lo que se busca maximizar es otro tipo de variables, financieras también, pero no relacionadas a Transener?
Mr K, recuerde que el poder no es eterno, y aléjese de ciertas cosas que volverán como un bumerang más tarde o más temprano......
Se sabe también que existe una diferencia entre ser accionista y ser gerente de una empresa.
Se conoce también que el rol de un accionista minoritario y su influencia en el directorio es, ejem, menor que la del accionista controlante.
Se sabe que en la mayoría de las empresas privadas que cotizan en la bolsa en el mundo civilizado los accionistas no son gerentes, y los gerentes no son accionistas o lo son en forma muy minoritaria. Y a nadie se le ocurre exigir que los accionistas conozcan al detalle del negocio que posean. Para eso contratan gerentes y los miden de la única forma que se debe medir a un gerente: en función de cuánto valor crea, sin violar ninguna ley ni atentar contra el bien común.
Ahora, ¿alguien me puede explicar por qué el Gobierno veta la compra de una porción no controlante de Transener por parte de un fondo de capital de riesgo argumentando cosas como que no tiene experiencia en la gestión de negocios eléctricos (irrelevante para un accionista, más si es minoritario) o que por ser inversores de riesgo no tendrán una visión de largo plazo? Y más aún, ¿qué hace suponer que cualquier otro inversor (por ejemplo Electroingeniería) tendrá una forma de ver el negocio distinta ? ¿Supone el Gobierno que los accionistas de Electroingeniería no buscarán maximizar sus utilidades? O será que lo que se busca maximizar es otro tipo de variables, financieras también, pero no relacionadas a Transener?
Mr K, recuerde que el poder no es eterno, y aléjese de ciertas cosas que volverán como un bumerang más tarde o más temprano......
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Turgot, el decreciente
Smith describió el rol de los mercados para equilibrar las tensiones entre productores y consumidores, pero no se esmeró en contarnos en detalle cómo deciden ambas partes cuanto producir o consumir. Por suerte, Jacques Turgot, ministro de Luis XV y fana del laizes faire, observando las productividades de los agricultores, articuló la famosa ley de rendimientos decrecientes. Esta ley dice que a medida que uno aumenta los recursos en cualquier proceso productivo, tarde o temprano encontrará un punto a partir del cual el rendimiento de cada unidad adicional de ese recurso será cada vez menor.
Esta ley ayuda a explicar cómo deciden los productores cuánto producir: dado un cierto precio de mercado producirán hasta el punto en el que el costo adicional de producir una unidad más iguale al precio que el mercado pague por esa unidad. Esta idea de Turgot permitió ver la relación entre los costos de producción y la oferta de los productores. La suma de esas "curvas de oferta" de los productores arman a su vez la curva de oferta del mercado y ayudan a definir el precio de equilibrio, que a su vez determinará qué volumen producirá cada productor. Huelga decir que salvo en mercados muy atomizados de commodities , y en los manuales de economía, este mecanismo tiene poco parecido a la realidad.
Esta ley ayuda a explicar cómo deciden los productores cuánto producir: dado un cierto precio de mercado producirán hasta el punto en el que el costo adicional de producir una unidad más iguale al precio que el mercado pague por esa unidad. Esta idea de Turgot permitió ver la relación entre los costos de producción y la oferta de los productores. La suma de esas "curvas de oferta" de los productores arman a su vez la curva de oferta del mercado y ayudan a definir el precio de equilibrio, que a su vez determinará qué volumen producirá cada productor. Huelga decir que salvo en mercados muy atomizados de commodities , y en los manuales de economía, este mecanismo tiene poco parecido a la realidad.
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Breve historia de la economía: Smith "greed is good"
Erase una vez un filósofo moral, escocés, de nombre Adam Smith, que siendo tutor de un joven duque tuvo la oportunidad de visitar Francia y conocer las ideas de los Fisiócratas, que propugnaban una mínima intervención del gobierno en la economía. Impresionado por estas ideas, escribió un libro (The Wealth of Nations) en el que intentó responder algunas preguntas clave de la economía. Para Smith, el valor se crea al mejorar la productividad de la mano de obra. Y el secreto para aumentar esta productividad es la división del trabajo y la consecuente especialización. . La especialización exige la existencia del comercio (el productor de agujas no puede comerselas).Pero esto llevó a Smith a preguntarse qué es lo que determina la asignación de los recursos y de la riqueza en la sociedad. Filósofo moral al fin de cuentas, para él lo importante no era tanto el cómo son asignados sino el cómo deberían serlo. Desde el punto de vista del individuo, el mecanismo más justo sería aquel que le permita a cada uno tomar sus propias decisiones siguiendo su propio interés. Para la sociedad, sería aquel mecanismo que optimizara la alocación maximizando la riqueza de la sociedad. La opinión de Smith sobre esto era bastante radical: los mercados competitivos son el mecanismo màs justo para asignar los recursos de la sociedad. Entonces, el interés de cada individuo y los mercados competitivos llevarían a la economía a su punto de equilibrio, a través del mecanismo de precios. Este concepto de equilibrio, de la economía que oscila hacia un estado ideal de resposo, es un tema que sigue siendo clave en la discusión económica moderna. Así estamos
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lunes, febrero 05, 2007
¿y por qué no la poligamia?
Todo el mundo defiende los derechos de los gays a formar una familia, y contraer matrimonio avalado por la ley. Me parece perfecto, justo y necesario.
Lo que no comprendo es por qué nadie exige iguales derechos para otras formas familiares alternativas, algunas de las cuales son aprobadas por varias religiones y forman parte de una antigua y rica tradición social.
Me refiero, por ejemplo, a la poligamia. ¿Qué hay de malo en permitirla? Ojo, no tomen esto como una habilitación para la canita al aire, dado que la poligamia es, creo, una forma refinada de la tortura. Pero sin embargo me parece que debe haber al menos tanta gente interesada en que esa posibilidad exsta como gente interesada en que las parejas homosexuales puedan casarse.
Son preguntas que me surgen al final del verano, sepan disculpar
Ya volvemos a la programación habitual
Lo que no comprendo es por qué nadie exige iguales derechos para otras formas familiares alternativas, algunas de las cuales son aprobadas por varias religiones y forman parte de una antigua y rica tradición social.
Me refiero, por ejemplo, a la poligamia. ¿Qué hay de malo en permitirla? Ojo, no tomen esto como una habilitación para la canita al aire, dado que la poligamia es, creo, una forma refinada de la tortura. Pero sin embargo me parece que debe haber al menos tanta gente interesada en que esa posibilidad exsta como gente interesada en que las parejas homosexuales puedan casarse.
Son preguntas que me surgen al final del verano, sepan disculpar
Ya volvemos a la programación habitual
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jueves, febrero 01, 2007
Sobre el imperialismo y otras zonceras
El término imperialismo sólo entró en el vocabulario socioeconómico hacia el 1900. J.A. Hobson, un intelectual inglés de comienzos del siglo XX desarrolló y popularizó el término imperialismo en su sentido actual, a travès de su libro Imperialism, de 1902. Su teoría era que el imperialismo era consecuencia directa de que las industrias de los paìses centrales producían más de lo que sus poblaciones podían consumir y por ende debían exportar capitales para asegurar mayores tasas de retorno. Todo su argumentación estaba teñida, incidentalmente, de un marcado antisemitismo y tenía el formato de teoría conspirativa, en la que los únicos ganadores eran los capitalistas financieros, que hacían sufrir a sus connacionales y a los habitantes de los países más pobres, lo que tendía a producir guerras entre imperios competitivos.
Hobson definió el imperialismo como el uso de la maquinaria del gobierno por los intereses privados , principalmente capitalistas, con el objeto de asegurar para ellos ganancias económicas en el extranjero. Esta idea, con su componente conspirativo, fue rápidamente adoptada por los marxistas, y en 1916 Lenin escribió su ya clásico mamarracho "El imperialismo, fase superior del capitalismo", al cual aún hoy, sin siquera saberlo, rinden tributo nuestros despistados y a veces poco instruídos progresistas.
A partir de ese libro, el análisis del fenómeno colonial fue reducido a eslóganes, simplificando sus características económicas y morales ,y certificandolo siempre y en todo lugar como intrínsecamente malvado.
Por supuesto, las teorías de Hobson y Lenin, basadas en cosmovisiones deterministas no se ajustaban a la realidad. El sobre ahorro y subconsumo si representaban la última fase del capitalismo no podían explicar a los muchos imperios de la antigüedad. En 1919 Schumpeter publicó Sobre la Sociología del Imperialismo y argumentó, con bastante razón, que el imperialismo moderno era un fenómeno atávico y que el capitalismo florecía precisamente en condiciones de paz y libre comercio y no en medio de guerras y proteccionismo, siendo estas últimas, precisamente, las condicciones que los teòricos de biblioteca del marxismo asumían como condiocines necesarias de todo imperio .
La historia nos muestra que los imperios tuvieron muy distintos orígenes y motivos. Algunos imperios modernos florecieron debido a la presión de las clases militares, como en el caso de Japón y Francia. Y en América Latina el capitalismo fue posterior al colonialismo español, y fueron los “capitalistas” quienes formaron parte de las alianzas sociales que terminaron con ese colonialismo imperial. China, Turquía, Egipto, Etiopía, Burma, Persia eran sobrevivientes de antiguos imperios. La teoría conspirativa determinista no podía ni siquiera comenzar a explicar todos estos casos, lo cual tampoco era relevante para los cultores de ideologías como el marxismo, tan cercanas a la religión.
Pero el principal problema de esta teoría del imperialismo es el supuesto de que las colonias proveen de altas tasas de retorno para el capital excedente de los centros coloniales. Esto es y fue siempre una fantasía. Las colonias en zonas tropicales fueron mayormente consumidoras de capital y pocas veces produjeron retornos positivos a las inversiones realizadas. En el caso de la Argentina, las inversiones inglesas durante todo el siglo XIX dieron una tasa de retorno negativa, ayudada por la crisis del 1890/91. en general los centros coloniales simplemente decidían inversiones con muy poca información, combinada con una cuota de pereza intelectual que en general terminaba en pérdidas sustanciales. No había ninguna conspiración o plan colonial global.
Hubieron colonialistas librecambistas, como los ingleses, los holandeses y los belgas, y proteccionistas, como los franceses, los españoles, los italianos, los portugueses y los yanquis. Pero lo que no hubo fue un patrón común que definiera al colonialismo. Muchas veces el colonialismo trajo ventajas para los territorios coloniales, y la supuesta explotación de sus recursos por parte de las colonias reemplazó a la agricultura de subsistencia y al microimperialismo de los pequeños jefes tribales, como en el caso del este del Africa. Y en general, las colonias que desarrollaron fuertes explotaciones de recursos naturales, una vez lograda su independencia mantuvieron e incentivaron el mismo tipo de explotación, siendo Australia y Nueva Zelandia los ejemplos más paradigmáticos de esto (y no les ha ido mal en términos de desarrollo, no?)
El exceso de capital, las altas tasas de retorno, solo existieron en la mente de los teóricos de estas ideas. La realidad en general fue de baja inversión, bajos retornos, bajos salarios, baja productividad.
El colonialismo sí fue una fuente inagotable de grandiosidad visual, uniformes, banderas, desfiles y ceremonias. Paradójicamente quienes más copiaron y abusaron de esta carácterística de los imperios coloniales fueron algunas excolonias, cuyos pintorescos líderes competían por tener el unifome más ridículo y….los países comunistas! Cuando uno ve esos desfiles, las banderas al viento, las gigantografías de los líderes, es imposible evitar el paralelismo con los imperios de todos los tiempos……
Hobson definió el imperialismo como el uso de la maquinaria del gobierno por los intereses privados , principalmente capitalistas, con el objeto de asegurar para ellos ganancias económicas en el extranjero. Esta idea, con su componente conspirativo, fue rápidamente adoptada por los marxistas, y en 1916 Lenin escribió su ya clásico mamarracho "El imperialismo, fase superior del capitalismo", al cual aún hoy, sin siquera saberlo, rinden tributo nuestros despistados y a veces poco instruídos progresistas.
A partir de ese libro, el análisis del fenómeno colonial fue reducido a eslóganes, simplificando sus características económicas y morales ,y certificandolo siempre y en todo lugar como intrínsecamente malvado.
Por supuesto, las teorías de Hobson y Lenin, basadas en cosmovisiones deterministas no se ajustaban a la realidad. El sobre ahorro y subconsumo si representaban la última fase del capitalismo no podían explicar a los muchos imperios de la antigüedad. En 1919 Schumpeter publicó Sobre la Sociología del Imperialismo y argumentó, con bastante razón, que el imperialismo moderno era un fenómeno atávico y que el capitalismo florecía precisamente en condiciones de paz y libre comercio y no en medio de guerras y proteccionismo, siendo estas últimas, precisamente, las condicciones que los teòricos de biblioteca del marxismo asumían como condiocines necesarias de todo imperio .
La historia nos muestra que los imperios tuvieron muy distintos orígenes y motivos. Algunos imperios modernos florecieron debido a la presión de las clases militares, como en el caso de Japón y Francia. Y en América Latina el capitalismo fue posterior al colonialismo español, y fueron los “capitalistas” quienes formaron parte de las alianzas sociales que terminaron con ese colonialismo imperial. China, Turquía, Egipto, Etiopía, Burma, Persia eran sobrevivientes de antiguos imperios. La teoría conspirativa determinista no podía ni siquiera comenzar a explicar todos estos casos, lo cual tampoco era relevante para los cultores de ideologías como el marxismo, tan cercanas a la religión.
Pero el principal problema de esta teoría del imperialismo es el supuesto de que las colonias proveen de altas tasas de retorno para el capital excedente de los centros coloniales. Esto es y fue siempre una fantasía. Las colonias en zonas tropicales fueron mayormente consumidoras de capital y pocas veces produjeron retornos positivos a las inversiones realizadas. En el caso de la Argentina, las inversiones inglesas durante todo el siglo XIX dieron una tasa de retorno negativa, ayudada por la crisis del 1890/91. en general los centros coloniales simplemente decidían inversiones con muy poca información, combinada con una cuota de pereza intelectual que en general terminaba en pérdidas sustanciales. No había ninguna conspiración o plan colonial global.
Hubieron colonialistas librecambistas, como los ingleses, los holandeses y los belgas, y proteccionistas, como los franceses, los españoles, los italianos, los portugueses y los yanquis. Pero lo que no hubo fue un patrón común que definiera al colonialismo. Muchas veces el colonialismo trajo ventajas para los territorios coloniales, y la supuesta explotación de sus recursos por parte de las colonias reemplazó a la agricultura de subsistencia y al microimperialismo de los pequeños jefes tribales, como en el caso del este del Africa. Y en general, las colonias que desarrollaron fuertes explotaciones de recursos naturales, una vez lograda su independencia mantuvieron e incentivaron el mismo tipo de explotación, siendo Australia y Nueva Zelandia los ejemplos más paradigmáticos de esto (y no les ha ido mal en términos de desarrollo, no?)
El exceso de capital, las altas tasas de retorno, solo existieron en la mente de los teóricos de estas ideas. La realidad en general fue de baja inversión, bajos retornos, bajos salarios, baja productividad.
El colonialismo sí fue una fuente inagotable de grandiosidad visual, uniformes, banderas, desfiles y ceremonias. Paradójicamente quienes más copiaron y abusaron de esta carácterística de los imperios coloniales fueron algunas excolonias, cuyos pintorescos líderes competían por tener el unifome más ridículo y….los países comunistas! Cuando uno ve esos desfiles, las banderas al viento, las gigantografías de los líderes, es imposible evitar el paralelismo con los imperios de todos los tiempos……
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