Smith describió el rol de los mercados para equilibrar las tensiones entre productores y consumidores, pero no se esmeró en contarnos en detalle cómo deciden ambas partes cuanto producir o consumir. Por suerte, Jacques Turgot, ministro de Luis XV y fana del laizes faire, observando las productividades de los agricultores, articuló la famosa ley de rendimientos decrecientes. Esta ley dice que a medida que uno aumenta los recursos en cualquier proceso productivo, tarde o temprano encontrará un punto a partir del cual el rendimiento de cada unidad adicional de ese recurso será cada vez menor.
Esta ley ayuda a explicar cómo deciden los productores cuánto producir: dado un cierto precio de mercado producirán hasta el punto en el que el costo adicional de producir una unidad más iguale al precio que el mercado pague por esa unidad. Esta idea de Turgot permitió ver la relación entre los costos de producción y la oferta de los productores. La suma de esas "curvas de oferta" de los productores arman a su vez la curva de oferta del mercado y ayudan a definir el precio de equilibrio, que a su vez determinará qué volumen producirá cada productor. Huelga decir que salvo en mercados muy atomizados de commodities , y en los manuales de economía, este mecanismo tiene poco parecido a la realidad.
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